Un estudio reciente encontró que el gliburide, un medicamento utilizado para tratar la diabetes gestacional, está asociado con una serie de complicaciones graves en el parto. El medicamento, que ha aumentado su uso en la última década, se asoció con hipoglucemia, peso al nacer elevado, dificultad respiratoria y lesiones en el parto. Además de ser más propensos a tener complicaciones, los bebés nacidos de madres que toman gliburide tenían más probabilidades de ser ingresados en la unidad de cuidados intensivos neonatales (UCIN).
El estudio evaluó los registros de salud de 110.000 mujeres con diabetes gestacional. Las mujeres no tenían diabetes tipo 1 o tipo 2, y no estaban embarazadas de múltiples. En comparación con los bebés nacidos de madres que tomaban insulina, los bebés nacidos de madres que tomaban gliburide tenían un mayor riesgo de complicaciones. El estudio no estableció una relación causa y efecto, pero los mayores riesgos asociados con el medicamento pueden estar relacionados con un control insuficiente de la glucosa en sangre en comparación con el tratamiento con insulina.
En la última década, el gliburide se ha convertido en un tratamiento ampliamente utilizado para la diabetes gestacional. Durante el período de estudio de 11 años, el porcentaje de mujeres con diabetes gestacional tratadas con gliburide aumentó del 8,5 por ciento al 64 por ciento.
La diabetes gestacional es una de las complicaciones más comunes del embarazo, y se desarrolla como resultado de la mayor demanda de insulina que el cuerpo desarrolla durante el embarazo. El aumento excesivo de peso y la herencia juegan un papel importante en la probabilidad de una mujer de desarrollar la afección. Sin un tratamiento adecuado, la diabetes gestacional puede causar un peso al nacer elevado, dificultades respiratorias en recién nacidos e hipoglucemia; además, los niños nacidos de madres con diabetes gestacional mal controlada tienen más probabilidades de desarrollar diabetes tipo 2 más adelante en la vida. Se deben utilizar medicamentos, como insulina o gliburide, para mantener bajo control los niveles de azúcar en sangre.
Si bien los estudios iniciales sugirieron que el gliburide era seguro para su uso en el tratamiento de la diabetes gestacional, este y otros estudios grandes sugieren que se necesita más investigación para determinar si el medicamento es verdaderamente seguro. Aunque los hallazgos en el estudio no fueron suficientes para abandonar el uso de gliburide en mujeres embarazadas, sí apuntan a la necesidad de más investigación y posibles cambios en la práctica.
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